El impresionismo, con su afán por captar la luz del natural, había ido disolviendo las formas en su ambiente y todos los elementos del cuadro habían ido perdiendo volumen, dibujo y sentido del espacio.
En los últimos años del XIX y principios del XX nos encontramos con unos pintores que partiendo del impresionismo, derivan hacia una pintura personal que anuncian algunos de los movimientos pictóricos más importantes del siglo XX, como el fauvismo o el cubismo.
El postimpresionismo supone entre otras cosas una recuperación de la importancia del dibujo y de la preocupación por captar no sólo la luz sino también la expresividad de las cosas y de las personas iluminadas. su trascendencia para la evolución del arte es, si cabe, mayor que la de los pintores impresionistas.
Los postimpresionistas continuaron utilizando colores vivos, aplicando la pintura de forma compacta y temas de la vida real, pero intentaron llevar más emoción y expresión a su pintura.
Surge un nuevo tipo de artista, el genio individual que vive de su arte, la personalidad creadora que plasma su psicología en el cuadro, gracias a su trazo singular, al color personal, y a la recuperación de las formas y las estructuras, pero con una nueva lectura.
El color se hace representativo y subjetivo, no objetivo. Se representa el color con que se ve el alma de las cosas. La realidad se interpreta según la visión personal del genio creador.
Casi todos estos autores serán, durante un tiempo, impresionistas, pero lo superarán dando soluciones personales.
Aunque a menudo exponían juntos, no se trataba de un movimiento cohesionado. Trabajan en áreas geográficas distantes entre sí, van Gogh en Arlés, Cézanne en Aix-en-Provence.
Los pintores huyen de París buscando el primitivismo del arte, aunque esta ciudad sigue siendo el centro del arte mundial.
Paul Cézanne (1839-1906).
En su pintura se recupera el volumen gracias a la geometría, el dibujo y la definición de las formas mediante pinceladas que han sido llamadas constructivas; todo esto sin renunciar al color de gran intensidad mediante los contrastes y las sombras coloreadas. En sus cuadros se potencia el primer plano y realiza pequeñas distorsiones fruto de la utilización de más de un punto de vista (bodegones). Su pintura es el punto de arranque del cubismo y la abstracción.
Paul Gauguin (1848-1906).
Se inicia en el impresionismo con Pizarro, posteriormente redescubre la geometría y los colores planos. . Destaca por el uso tan expresivo que hace del color con tonos fuertes, vivos y muchas veces arbitrarios que dispone en grandes planos delimitados por ritmos lineales curvos. Renuncia a la perspectiva, suprime el modelado y las sombras e identifica la sensación de plano igual que en las pinturas japonesas. Tiene dos temas preferentes: el mundo exótico de Tahití y el "primitivismo" de Bretaña. Su obra es preferente del simbolismo y su sentido del color influirá en los fauvistas y expresionistas.
Harto de París, y de la civilización occidental que impone una determinada visión del arte, se traslada a vivir primero a Pont-Aven y luego a Tahití, en busca del paraíso perdido y la pureza del arte de las culturas primitivas. Para él el arte es abstracto por definición, por lo que utiliza colores y luces irreales.
En su pintura se recupera el volumen gracias a la geometría, el dibujo y la definición de las formas mediante pinceladas que han sido llamadas constructivas; todo esto sin renunciar al color de gran intensidad mediante los contrastes y las sombras coloreadas. En sus cuadros se potencia el primer plano y realiza pequeñas distorsiones fruto de la utilización de más de un punto de vista (bodegones). Su pintura es el punto de arranque del cubismo y la abstracción.
Paul Gauguin (1848-1906).
Se inicia en el impresionismo con Pizarro, posteriormente redescubre la geometría y los colores planos. . Destaca por el uso tan expresivo que hace del color con tonos fuertes, vivos y muchas veces arbitrarios que dispone en grandes planos delimitados por ritmos lineales curvos. Renuncia a la perspectiva, suprime el modelado y las sombras e identifica la sensación de plano igual que en las pinturas japonesas. Tiene dos temas preferentes: el mundo exótico de Tahití y el "primitivismo" de Bretaña. Su obra es preferente del simbolismo y su sentido del color influirá en los fauvistas y expresionistas.
Harto de París, y de la civilización occidental que impone una determinada visión del arte, se traslada a vivir primero a Pont-Aven y luego a Tahití, en busca del paraíso perdido y la pureza del arte de las culturas primitivas. Para él el arte es abstracto por definición, por lo que utiliza colores y luces irreales.
Vincent van Gogh (1853-1890)
Es, probablemente, el genio más individualista de todos los pintores postimpresionistas. Su dramatismo vital se refleja en sus cuadros muy vivamente. Es un apasionado del color como vehículo para expresar las frecuentes depresiones y angustias que padeció. Su pincelada es muy característica, sinuosa, gruesa, larga y espesa; los colores son a veces agresivos con contrastes no frecuentes- amarillo sobre naranja-. Abre las puertas al expresionismo del XX.
Henri de Toulouse-Lautrec (1864-1901)
Es el cronista pictórico de la sociedad de su tiempo, la bohemia y los bajos fondos: bailarinas, cantantes y prostitutas son sus modelos. En su técnica el dibujo, la captación del movimiento y la carga irónica y caricaturesca es esencial.. Recibe muchos encargos de carteles para espectáculos y utiliza el cartel como modo de expresión artística, lo que le acerca al modernismo. Son característicos sus arabescos y las tintas planas. Es el único postimpresionista que no abandona París.
Es, probablemente, el genio más individualista de todos los pintores postimpresionistas. Su dramatismo vital se refleja en sus cuadros muy vivamente. Es un apasionado del color como vehículo para expresar las frecuentes depresiones y angustias que padeció. Su pincelada es muy característica, sinuosa, gruesa, larga y espesa; los colores son a veces agresivos con contrastes no frecuentes- amarillo sobre naranja-. Abre las puertas al expresionismo del XX.
Henri de Toulouse-Lautrec (1864-1901)
Es el cronista pictórico de la sociedad de su tiempo, la bohemia y los bajos fondos: bailarinas, cantantes y prostitutas son sus modelos. En su técnica el dibujo, la captación del movimiento y la carga irónica y caricaturesca es esencial.. Recibe muchos encargos de carteles para espectáculos y utiliza el cartel como modo de expresión artística, lo que le acerca al modernismo. Son característicos sus arabescos y las tintas planas. Es el único postimpresionista que no abandona París.
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